Convertir un evento tradicional en un espacio más abierto y accesible es un paso que el Irish Poker Open decidió dar este año. En su edición número 45, el festival incluyó por primera vez un campeonato especialmente dedicado a jugadores sordos. Una iniciativa aplaudida dentro y fuera del circuito.
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El torneo reunió a 29 participantes y coronó como campeón al suizo Starny Hoang, quien se impuso tras dos días de competencia intensa. Lo curioso es que su rival en el heads-up fue nada menos que su compañero de cuarto, el también suizo Ueli Andrés Muñoz. “Es muy buen amigo mío”, comentó Hoang con una sonrisa, luego de alzar el trofeo. “Espero que sigamos compartiendo habitación esta noche”, bromeó.
La batalla final fue cerrada y emotiva. Ambos jugadores se conocen bien y tienen estilos completamente distintos; Hoang, con una postura más ofensiva, y Muñoz, mucho más conservador. “No fue fácil”, dijo Hoang, recordando una mano clave en la que estuvo a punto de tomar una mala decisión. “Se detuvo el reloj y tuve que decidir en el último segundo. Al final, el encargado declaró la mano muerta… y me salvó”. Poco después, logró cerrar el torneo con dos corridas exitosas.
Este tipo de competencias no son frecuentes, y precisamente por eso llaman la atención. “Los eventos para sordos se hacen quizás una o dos veces al año”, señaló Hoang. Por eso no quiso perder la oportunidad de estar en este, y aprovechó además para inscribirse en otros torneos del festival, como el Mini Irish Open y el Evento Principal, en el que ya había acumulado 135,000 puntos tras el Día 1A.
Detrás de esta iniciativa, hubo un trabajo importante para garantizar una experiencia accesible; pantallas LED con información clara en cada mesa, actualizaciones constantes vía la app de registro y la presencia de un intérprete para apoyar con decisiones y comunicaciones en sala. “No se trata solo de competir”, explicó Darren Chow, uno de los promotores de la idea. “Se trata de crear un espacio inclusivo donde la comunidad sorda también pueda ser parte de este prestigioso evento”.
Este torneo ha sido un claro ejemplo de cómo el póker puede adaptarse para ser más inclusivo, permitiendo que más personas se sumen a este emocionante deporte. Al final, lo que importa no es solo la victoria, sino la oportunidad de hacer del póker un espacio donde todos, sin importar sus desafíos, puedan disfrutar y competir en igualdad de condiciones.