El Canterbury Park, una de las salas de cartas más antiguas y conocidas de Minnesota, fue el escenario de un evento histórico el pasado fin de semana. Con 1,116 participantes y un buy-in de $400, el torneo NLH Monster Stack rompió récords al convertirse en el torneo independiente más grande de la historia del lugar. El pozo acumulado alcanzó la impresionante cifra de $368,280 dólares, con pagos destinados a los 126 mejores jugadores.

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Originalmente, el campeón iba a llevarse $61,000, el segundo lugar recibiría $41,280 y el jugador en el puesto 11 obtendría $5,155. Sin embargo, las cosas tomaron un giro inesperado cuando los últimos 11 jugadores decidieron llegar a un acuerdo. En lugar de seguir compitiendo por los premios establecidos, todos acordaron repartir el dinero, asegurándose al menos $15,540 cada uno. El líder en fichas, Carl «Crazy Carl» Carodenuto, no solo se quedó con el trofeo, sino que también se llevó $44,000 como parte del trato.

Este tipo de acuerdos no son algo nuevo en el mundo del póker, pero que involucren a tantos jugadores siempre genera debate. De hecho, en junio pasado, un torneo femenino en el Wynn Las Vegas también terminó con un acuerdo entre las últimas 15 participantes, lo que dividió opiniones dentro de la comunidad.

Para Carodenuto, esta victoria es un logro más en su destacada carrera. El jugador de Minnesota ya cuenta con tres títulos del Mid-States Poker Tour (MSPT) y ha ganado cerca de $1.4 millones en torneos a lo largo de su vida. Entre sus mayores logros se encuentra el Campeonato Estatal de Póker de Arizona, donde ganó $313,078 en 2024.

Además, esta no es su primera victoria en Canterbury Park, ya que en 2014 se consagró campeón de otro importante evento en este lugar.

Este Monster Stack no solo será recordado por el récord de participantes, sino también por un desenlace poco común que dejó a todos hablando.