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Nuestra hora cero: hacia la consolidación del poker nacional

El momento propicio, la hora cero del poker nacional. El Perú y un equipo Campeón del Mundo en Bahamas, el Perú y un ganador del Sunday Million, el Perú y una notable participación en el Main Event de la WSOP, el Perú y sus varios cobros importantísimos en las distintas paradas del Latin American Poker Tour (del cual, por tercera vez, fuimos sede), el Perú y la explosiva aparición de verdaderos regulares del In the Money en MTT´s y SNG´s. No hay duda (y cualquier muestra de mezquindad en afirmarlo está totalmente fuera de lugar): el 2012 ha sido un año excelente,  y no solo por la constancia en los logros de nuestros jugadores, sino también por la presencia activa de una comunidad amante del naipe pendiente del ritmo pokeril actual, ritmo del que se ha sido partícipe gracias a la firme convicción de medios virtuales locales interesados en difundir y promover, con pasión y mucho compromiso, este juego. En conjunto, esto explica el por qué nos hemos merecido, ahora, la atención de la comunidad internacional. Y pensemos que restan aún días para, quizás, más resultados y noticias gratificantes.

 


Tal y como se ha demostrado en los paños hasta hoy, es absolutamente posible que el poker en nuestro país recorra un camino de éxito; de hecho, ya avizoramos un porvenir que nos promete un grado de competición más que respetable dentro de la región. Sin embargo, para alcanzar este objetivo, todavía tenemos que atender varios asuntos de vital importancia para el verdadero desarrollo del poker nacional.

 


Creemos que el más importante y urgente es el de encontrar los mecanismos idóneos con los cuales consolidarnos al fin como una comunidad. Es cierto que en Lima se ha concentrado la mayor dinámica del juego en los últimos años, pero es más real aún que en las provincias 1) se han ido gestando, en silencio, una serie de jugadores provenientes del mundo del internet (muchos de ellos, ya dieron el salto al poker en vivo no sin contundencia), y 2) es de resaltar la proliferación de Poker Rooms que han servido como espacio de encuentro, diversión y aprendizaje para jugadores tanto ocasionales, como iniciados. Sin embargo, es justo también afirmar que, en la actualidad, la ligazón entre el juego capitalino y el del resto del país es aún pobre; asistimos a uno más de nuestros fragmentarismos como nación. Más allá de lo que sabemos de dos o tres nombres paradigmáticos, la información y promoción de lo que sucede en provincia en realidad, a nivel de poker, no es mucha. Evidentemente, la industria (y cultura) del juego se encuentra fuertemente centralizada desde hace tiempo. Y la misma naturaleza privada del poker on line también ha determinado una suerte de solipsismo local, en el que no es descabellado afirmar que las relaciones interpersonales son más comunes entre nosotros, como jugadores, con gente del extranjero, que con nuestros mismos compatriotas (la intervención en foros internacionales, empresas de bancaje y la afiliación a escuelas de poker por internet, sin duda, son una causa de ello). En pocas palabras, por esta segregación evidente, es que todavía nos desconocemos bastante como país que juega al poker.

 


En esta dirección, en la idea de integrarnos en una comunidad compacta, en lograr este cambio radical entre nosotros -sea con la creación de distintos eventos alrededor del país (un circuito nacional sería el ideal), sea con la difusión constante de la movida pokeril de las distintas regiones, o con la ubicación y posterior impulso de aquellos focos que puedan influir en el público aficionado- vemos la oportunidad de superarnos, sin duda, como jugadores de poker en muchos sentidos.

 


En primer lugar, a la iniciativa de constituirnos como grupo descentralizado subyace la idea de proyectar un cambio en el imaginario popular con respecto al poker. A pesar de que desde el 2003 el poker se ha democratizado a nivel mundial, en nuestro país todavía no se logra desmitificarlo de su concepción como juego de puro azar, por lo que es culturalmente sancionado. Sabemos de la disciplina atlética, mental y física, que se requiere para practicarlo, de las horas de revisión y análisis que se necesitan para dominar el lado técnico del juego, del temple con el cual se deben afrontar estoicamente los días en negativo, etc. Liberarlo de ese prejuicio en función de una práctica conjunta, sostenible y deportiva, le adjudicará al poker, definitivamente, prestigio social, y al fin nosotros dejaremos de ser, para algunos, tahúres sin remedio.

 


En segundo lugar, se formarán jugadores de alto nivel en función de la retroalimentación de saberes. En efecto, por mero ejercicio lógico, al estar en contacto con más jugadores a nivel nacional, sea de manera presencial o vía internet, tendremos la ocasión de compartir experiencias y conocimientos sobre poker, en virtud de que en este juego el intercambio de perspectivas es fundamental para el buen desempeño en las mesas. De esta interrelación, de este autoconocimiento gracias al otro, nos interesa pensar que, a largo plazo, podríamos estar hablando de adquirir una identidad en el juego, descubrir de repente constantes que nos distingan como peruanos, muy a aparte de las cualidades individuales de cada uno. Aunque pueda sonar algo relativo, sabemos de la agresividad que diferencia a los rusos, o de la rigurosidad matemática en la que se sostiene el juego español. Sin duda, establecer relaciones más allá de Lima nos ayudaría a conocer mejor nuestro poker.

 


Lo expresado líneas arriba serían los cimientos sobre los cuales, a mediano o largo plazo, se asentaría la posibilidad de un proyecto mayor, el que esperamos de verdad: la formalización del poker como un deporte mental, de razonamiento. ¿Los beneficios? Incontables: jugadores de poker respaldados por un ente regulador que defienda sus intereses, jugadores aficionados, profesionales y semiprofesionales que confluyen en un espacio de opinión, la homogeneización de las reglas del juego, la selección de representantes a nivel internacional, en fin.

 


Los primeros pasos ya fueron dados, pero esperamos de verdad que, para el año que se avecina, nuestra comunidad se haya fortalecido y nuestro interés por este juego, unificado.

Autor: Funes Mosh