Durante la mesa final del Evento #4 del PGT Last Chance, celebrado en Las Vegas con un buy-in de $10,100, Kristina Holst empleó una estrategia que, aunque polémica, le permitió escalar en los premios del torneo. Este tipo de jugada ha sido criticada públicamente por Daniel Negreanu, una de las mayores figuras del póker, quien considera que debería regularse para proteger la dinámica del juego.
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Con solo seis jugadores en la mesa, Holst enfrentó una situación complicada. Desde el botón, apostó 800,000 fichas de las 825,000 que tenía, dejando una sola ficha en su poder. Esta decisión buscaba evitar quedar totalmente comprometida con la mano. Cuando Sam Laskowitz, en la ciega pequeña, fue all-in con 2,050,000 fichas y Byron Kaverman, líder en fichas, pagó desde la ciega grande, Holst decidió retirarse. La jugada resultó favorable, los ases de Kaverman derrotaron a los jotas de Laskowitz, enviando a este último al sexto lugar con un premio de $57,000.
Aunque Holst quedó reducida a una sola ficha tras el fold, logró recuperarse rápidamente, alcanzando las 600,000 fichas y asegurándose el quinto lugar con un premio de $74,100, $17,100 más que lo que habría ganado de ser eliminada antes del salto de premios. Sin embargo, su recorrido terminó cuando su A-10 fue derrotado por el K-7 de Kaverman.
Negreanu, quien ha abogado por cambios en las reglas para limitar este tipo de jugadas, argumenta que apostar casi todo el stack sin ir all-in puede ralentizar el juego y confundir a los jugadores menos experimentados. A pesar de sus críticas, Holst demostró cómo esta estrategia, aunque controvertida, puede ser efectiva en ciertas circunstancias.
Revisa la mano desde el minuto 1:25 en adelante.
El debate sobre estas jugadas sigue abierto en la comunidad de póker, y mientras no haya cambios en las reglas, jugadores como Holst continuarán aprovechando cada oportunidad para maximizar sus resultados.