El cofundador de Microsoft y presidente de TerraPower, Bill Gates, hizo una inesperada parada en la ciudad de Kemmerer, Wyoming, para celebrar la inauguración de un proyecto de energía nuclear. Sin embargo, lo que más llamó la atención no fue su participación en el evento formal, sino su posterior incursión en una partida de póker Texas Hold’em en una tienda de fósiles local.

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Según testigos presenciales, Gates se unió a un grupo de lugareños en una mesa improvisada, donde la atmósfera de camaradería y emoción se hizo evidente desde el principio. Uno de los participantes, Robert Bowen, propietario de Wyoming Fossils, compartió su experiencia: «Estábamos todos sorprendidos de ver a Gates allí, pero fue genial. Se mezcló con nosotros como si fuera uno más, charlando y riendo mientras disfrutábamos del juego«.

Otro testimonio proviene de Joyce Chadwick, directora de servicios de alimentos local, quien describió cómo Gates se involucró en la partida: «Fue increíble jugar con él. Parecía tan relajado y enfocado en el juego. No se notaba que fuera alguien famoso, solo un tipo normal disfrutando de una buena partida de póker«.

La sesión de juego también incluyó momentos de tensión y emoción, especialmente cuando Gates se enfrentó a Steve Peternali, un ganadero local conocido por su habilidad en el póker. Según Bowen, «Hubo un momento en el que Gates intentó descifrar el farol de Peternali. Fue una jugada emocionante que mantuvo a todos en vilo«.

A pesar de su ocupado calendario y su estatus como uno de los hombres más ricos del mundo, Gates demostró que disfruta de las actividades cotidianas y valora la conexión con las comunidades locales. Su participación en esta partida de póker no solo fue un momento memorable para los residentes de Kemmerer, sino también un recordatorio de la importancia de disfrutar de los placeres simples de la vida, incluso para aquellos en la cima del éxito empresarial y tecnológico.