El mundo del póker perdió a una de sus grandes leyendas. John Anthony Cernuto, conocido como “Miami”, falleció a los 81 años en Las Vegas tras una batalla contra el cáncer de colon. Su legado en el circuito de torneos en vivo es inigualable, con 597 cobros registrados, una marca que lo convirtió en el jugador con más premios en la historia del póker en vivo.
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Nacido en Nueva Jersey el 10 de enero de 1944, Cernuto no siempre estuvo vinculado al póker. Antes de convertirse en profesional, trabajaba como controlador de tráfico aéreo hasta que, en 1981, fue despedido en una masiva reestructuración del sector. A partir de ahí, encontró en las cartas un nuevo camino y logró forjar una carrera excepcional, sumando más de 6.4 millones de dólares en ganancias en torneos.
Su trayectoria en el póker es impresionante: Ganó tres brazaletes de la WSOP y dos anillos del Circuito WSOP, acumulando más de 2 millones de dólares en premios solo en este prestigioso evento. Además, logró un total de 85 títulos en torneos importantes, consolidando su estatus como una de las figuras más respetadas del juego.
Más allá de sus logros en las mesas, Cernuto fue un referente para muchos jugadores. Su ética de trabajo y su pasión por el juego inspiraron a varias generaciones, incluyendo al actor y entusiasta del póker James Woods, quien en varias oportunidades defendió la idea de que «Miami» merecía un lugar en el Salón de la Fama del Póker.
Miami John Cernuto made every decision like the scientist he was at heart. Remember, his profession was as an air traffic control controller for years. When all the striking ATC employees were fired en masse, John was left high and dry. He taught himself poker, and became the… pic.twitter.com/tLiAyheLfb
— James Woods (@RealJamesWoods) February 10, 2025
En sus últimos días, Cernuto permaneció en cuidados especiales en su hogar en Las Vegas, rodeado del cariño de su familia y amigos. La noticia de su fallecimiento generó un sinfín de homenajes en la comunidad del póker, recordando no solo su talento en los tapetes, sino también su calidez humana y la huella imborrable que dejó en el juego.
