Deporte sí, ludopatía no.
Por Anyelo Zeña
Quiero comenzar estas líneas agradeciéndole por haber leído la columna de la semana anterior, amigo lector, gracias por sus buenos deseos y toda la buena onda. Paso a responder entonces aquella interrogante que dejó en mi bandeja al final de su cordial saludo. ¿Ludopatía o deporte?…La pregunta se ha hecho estridente en estos últimos años en nuestro país desde que el boom del póker on-line y el crecimiento de los casinos se hizo notar en este territorio. Hoy la descentralización, de lo que por ahora llamaremos “actividad” ha permitido la polémica o discusión entre los que creen que es un vicio y los que han puesto su esfuerzo por demostrar que es un deporte y así lograr el objetivo de federarlo.
En principio habría que discriminar los conceptos, obviamente tendríamos que clarificar lo que significa ludopatía y luego lo que buenamente entendemos como deporte. La ludopatía es una enfermedad tratada por aquella rama médica llamada psicología, en esta enfermedad el hombre sufre un trastorno adictivo por el juego a través de las apuestas, el sujeto permite que su cuerpo le exija cubrir las ansias solo con el simple de hecho de jugar y apostar. Otros estudiosos afirman que el hombre no tiene decisión sobre el “azar” que lo dará como vencedor y perdedor y en que ese afán de demostrarse que él es un ganador no le importa apostar más con tal de ganar y/o recuperar lo perdido. La ludopatía lleva a un desorden administrativo, un derroche, desfalco o como usted desee llamarlo, la realidad es que el ludópata no le importa arriesgar hasta lo que no tiene para llegar a saborear el éxito monetario, tocar la gloria por un momento, y enfatizo en lo último; “solo un momento”, ya que como lo pide su propio sistema volverá a arriesgar todo nuevamente y quizás perdiéndolo todo evidenciando pues aquella enfermiza conducta.
El concepto sobre deporte pues no es tan amplio como el anterior pero sí conciso, ya que está regido por principios como: la disciplina, el entrenamiento, y el esfuerzo mental y físico. Un deporte permite que el individuo consiga un desempeño integral ideal para su desarrollo, un deportista es reconocido y bien visto dentro de esta sociedad y hasta se le puede permitir ser ejemplo para los integrantes menores de nuestras familias por ello que aquellos como los futbolistas (habría que recalcar que solo aquellos que no cometen excesos), voleibolistas, ajedrecistas, etc. etc. sirven para demostrar que el deporte es bueno para la salud mental y física.
Muy bien, señor, habiéndole aclarando los conceptos paso a ser una apreciación de mi posición frente a este delicado asunto. El póker, que como mencioné líneas arriba lo llamaré por el momento “actividad”, en principio es considerado en algunos países como un deporte, pero en nuestro país aquel que lo practica no es más que un vicioso sin responsabilidades, sino vale mencionar como su padre o madre se sorprendió por la nueva actividad de su hijo, ese hijo que había sido bien cuidado y regido en base a buenas enseñanzas, ¿cómo es que de repente decidió cambiar los libros por las cartas y las clases por la sesiones on-line?… Los calificativos llovieron y hasta en algunos casos nuestros familiares se divertían entre conversaciones sobre la supuesta adicción del sobrino aquel que decidió por algo que solo lo perjudicaría en el presente y futuro. En principio la consideración de ludópata no la podemos aceptar por una razón sencilla, en esta actividad hay poder de decisión pues el cálculo de apuestas en el enfrentamiento a tu oponente te hace planificar una serie de estrategias que te permitan ganar o que sea rentable la sesión, esto da pie al otro punto que tiene que ver con la administración de la “banca del jugador”, un jugador en esta actividad se permite hacer un análisis minucioso de las entradas y salidas visualizando esto como una empresa donde su negocio es su talento e inteligencia y obviamente como toda empresa y hasta en el mismo deporte el factor suerte será lo que determine el impacto de su avance o perdida. El póker lleva consigo un estudio o preparación a través de una serie de información bibliográfica y/o visual, no solo eso sino también al compartir en charlas con otros jugadores permite que la retroalimentación sea beneficiosa. Con respecto al azar, hay un punto importante que debemos resaltar y es el enfrentarse a muchos oponentes, el jugador llevará consigo pues un historial de las jugadas de sus adversarios e ideara como poder vencerlos, si la suerte lo favorece o no eso no quita su capacidad mental y el cálculo que haya hecho para idear su beneficio. Con respecto a lo físico, hay que tener un cuidado en definitiva antes de un torneo o larga sesión, sino dígame usted si el dormir bien o comer bien antes del reto no se hace importante ya que su funcionamiento mental tendrá mucho que ver con el bienestar de su organismo. Pero disculpe, usted amigo, que haya expandido esta columna que de ninguna manera intenta aburrirlo solo de alguna forma desde mi humilde opinión quiere plantear que esta “actividad” tiene mucho para que en este país ya sea considerado un deporte, pero claro no hay que omitir un punto importante que en la lógica es necesaria resaltar: “el pokerista” no es un ludópata pero un ludópata sí puede jugar póker, usted se dará cuenta que los comportamientos son totalmente distintos y que la disciplina será la que regule esto, pues a decir verdad amigo mío el encargado de demostrar que esto es un deporte es cada uno de los que ama y e intenta su desarrollo, no hay de otra forma pues un deportista solo es considerado como tal por su educación y conducta. Me despido pues amigo no si antes desear que el póker nos vuelva a encontrar.
Autor:
Anyelo Zeña – Poker Manager del Winmeier Hotel & Casino, co-organizador del primer evento en el interior del país «PokerStars llega a tu ciudad – Chiclayo 2013», organizador de la exitosa Winmeier Cup y uno de los comprometidos con el desarrollo del poker en el norte del país.