Las Vegas, se llevó a cabo una partida de póker que reunió a destacadas figuras de distintas disciplinas: Dos pilotos de Fórmula 1, un medallista olímpico y un experto jugador de póker. Carlos Sainz y Charles Leclerc, integrantes del equipo Ferrari, se unieron al atleta Michael Phelps, el más laureado de la historia olímpica, y al reconocido Antonio Esfandiari, veterano de las mesas de póker. El evento se realizó en el PokerGO Studio del ARIA Resort & Casino, famoso por ser sede de importantes torneos de póker
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Sainz, acompañado por Phelps, trabajó en conjunto para enfrentar a Leclerc y Esfandiari. Aunque el póker no es el fuerte de los pilotos, ambos demostraron que su capacidad para mantener la calma bajo presión y analizar rápidamente las jugadas puede ser igual de efectiva fuera de las pistas. En una mano decisiva, Sainz y Phelps lograron una escalera de color que les dio la victoria, dejando claro que el trabajo en equipo fue fundamental.
En una entrevista, Michael Phelps, quien lleva años disfrutando del póker en su tiempo libre, compartió su perspectiva sobre lo que este juego representa. “El póker no solo es entretenido; es un verdadero desafío mental que requiere concentración, análisis constante y la habilidad de adaptarse a cada jugada”, comentó el atleta olímpico. También habló sobre su experiencia en la mesa junto a Carlos Sainz: “Fue interesante ver cómo alguien con su nivel de competitividad en las pistas podía aplicar esa misma mentalidad estratégica en el póker. Es una experiencia que definitivamente me gustaría repetir”
Por su parte, Antonio Esfandiari destacó que estas partidas muestran cómo el póker conecta a diferentes mundos y exige habilidades comparables a las de cualquier deporte. “La concentración, el cálculo y la capacidad para leer a los oponentes son habilidades universales en la competencia”, mencionó el profesional, quien quedó impresionado con el desempeño de los pilotos.
Este evento reflejó cómo el póker es mucho más que un simple juego de cartas. Su reconocimiento como deporte en diversos países resalta las exigencias mentales que implica, desde la estrategia hasta el control emocional. Para Sainz y Leclerc, fue una experiencia que les permitió salir de su zona de confort y demostrar que, sin importar la disciplina, la competitividad siempre encuentra un espacio para brillar.